La posible llegada de César Gaviria al Pacto Histórico encendió las alarmas de muchos de los seguidores del cambio, por las obvias razones de lo que representa el ex presidente liberal.
Sin embargo llama la atención – nuevamente – que a los que más les preocupan esas supuestas alianzas es a los que nunca van a votar por el Pacto Histórico, me refiero a los llamados periodistas tibios y los centro desesperanzados candidatos que no encuentran nada que ofrecer que les ayude a subir en las preferencias, salvo hablar mal del Pacto Histórico.
Hay que aclarar también que hay una línea más radical en sus posiciones fiel al Pacto y definitivamente protagonista del cambio, que también ve con malos ojos la llegada de César.
Según se puede concluir luego de las declaraciones que dieron luz al tema, es que lo ideal sería que hubieran llegado las bases liberales a reforzar la línea de Liberales Al Pacto lideradas desde hace ratos por el senador Luis Fernando Velasco, sin el ex presidente Gaviria – cosa que finalmente puede estar sucediendo – repito eso sería lo ideal para algunos.
Pero que pasa realmente
Según las encuestas y el comportamiento electoral que se logra percibir el Pacto Histórico crece y se fortalece por todo el país y hace pensar – quizás con razón – que se puede ganar sin hacer alianzas poco deseables como es el caso de los caciques liberales y en especial con César Gaviria
Sin embargo no basta con ganar, la experiencia de nuestros vecinos y de muchos gobiernos alternativos en ciudades como Cali y el mismo gobierno de la Colombia Humana en Bogotá pueden dar fe que con gobernabilidad se pueden conseguir más rápido los grandes cambios que anhelan los colombianos.
No tener gobernabilidad demora, entorpece e incluso puede enviar al fracaso todo este proyecto de cambio
Así las cosas – a pesar que para muchos Gaviria resta antes de sumar – su presencia ayudaría sustancialmente a conseguir esa gobernabilidad tan necesaria.
Se acaba el tabú de los extremos
Al Pacto siempre lo han querido mostrar como una fuerza de izquierda extrema alejada del centro que representaría un peligro para la democracia. Sin embargo la realidad es otra, el discurso que se maneja en campaña y todo el contenido ideológico que manejan sus candidatos lo ubican en un lugar privilegiado dentro del espacio político
La llegada del Partido Liberal oficialista, primero traería pueblo liberal y con sus jefes – muy a pesar de ser controvertidos – se cerraría el discurso de izquierda radical, lo movería sustancial al centro pero sin renunciar a los cambios que el país necesita.
Hoy se hace necesario que para que este Pacto no genere desconfianza, haya total transparencia en lo que se acuerda.
La revolución en marcha de Alfonso López Pumarejo, las ideas de Gaitán y Galán – apoyadas históricamente por el Partido Liberal – serán una realidad con el Pacto Histórico, solo faltaba que el empresariado y un buen sector de la clase dirigente lo apoyaran y permitieran la gobernabilidad que se necesita para tener éxito.
El Pacto llega a llenar ese vacío que hoy sienten algunos que no se ven representados en los extremos de ahí la necesidad de la llegada del Partido Liberal. No sobra aclarar finalmente que la transparencia en lo acordado es la clave del éxito.
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